Antes que nada, no soy machista. Segundo, yo creo haberlo asimilado, aceptado y estar encantado con la idea aunque siempre habr[a alguien que no este muy convencido acerca de mi, pero que s[e le hace, uno no le puede gustar a todos. El hecho es que voy a tener una nigna. Y estoy feliz.
Por supuesto en alg[un momento sogne con tener un hijo que jugara un mundial de futbol, que levantara la copa del mundo como Cagnavaro, Beckembauer o Dunga. Que le dieramos al Street Fighter pegandonos entre Ryu y Ken hasta que nuestros pulgares tuvieran callos. Pero el hecho de tener una nigna no me roba ninguna de esas ideas. Es mas, puede incluso ser mas divertido verla a ella dandome de alma con Chun Li.
El hecho es que con esto de los preparativos para el Baby Shower y algunas compras para la bebe me he dado cuenta de una cosa que habia querido negar hasta hoy: El mundo de las nignas es rosado. Desde Hello Kitty, pasando por Barbie, las Bratz, Dora la exploradora, las mochilas, los juguetes, los juegos de dormitorio, los platos, las sillitas para comer, los cepillos de dientes, los recuerditos, la decoraci[on para las fiestas infantiles, y hasta los cuartos de algunas habitaciones para dar a luz en esta ciudad, casi todo (o todo) lo que tenga que ver con las nignas es rosado. Ya G sabe de mi repulsi[on por este clich[e y que cuando hemos ido por un regalo nunca me acerco a la zona rosada, me marea, me desquicia y hay algo en ese color que me impide fijar la vista en algo importante. Quiz[as sea el hecho que solo tengo hermanos, o que soy un bruto cavernario, pero la verdad es que me cuesta acostumbrarme a la idea que voy a tener al enemigo en casa (me refiero al rosado, no a mi princesa). Lo que me molesta un poco es el clich[e, la necesidad de encasillar, el anacronismo en pleno Siglo XXI, y por sobretodo la autom[atica resoluci[on y seguridad de ese ejercito de mujeres sexistas y amargadas que trabajan en las tiendas de decoraci[on de fiestas, en las tiendas de bebes y nignos y en las jugueterias.
Y es asi que fui a comprar la decoracion para el Baby shower y la que atiende me dice: "nigno o nigna?" y yo le digo: "nigna, pero deme otras alternativas ademas de rosado". Ella me mira como quien mira al enemigo derrotado que absurdamente no sabe a[un que ha sido vencido y me dice: "claro, escoja, tiene rosado y rosado, y sino le gusta tambien tenemos en rosado: Usted va a tener una nigna."
Por supuesto en alg[un momento sogne con tener un hijo que jugara un mundial de futbol, que levantara la copa del mundo como Cagnavaro, Beckembauer o Dunga. Que le dieramos al Street Fighter pegandonos entre Ryu y Ken hasta que nuestros pulgares tuvieran callos. Pero el hecho de tener una nigna no me roba ninguna de esas ideas. Es mas, puede incluso ser mas divertido verla a ella dandome de alma con Chun Li.
El hecho es que con esto de los preparativos para el Baby Shower y algunas compras para la bebe me he dado cuenta de una cosa que habia querido negar hasta hoy: El mundo de las nignas es rosado. Desde Hello Kitty, pasando por Barbie, las Bratz, Dora la exploradora, las mochilas, los juguetes, los juegos de dormitorio, los platos, las sillitas para comer, los cepillos de dientes, los recuerditos, la decoraci[on para las fiestas infantiles, y hasta los cuartos de algunas habitaciones para dar a luz en esta ciudad, casi todo (o todo) lo que tenga que ver con las nignas es rosado. Ya G sabe de mi repulsi[on por este clich[e y que cuando hemos ido por un regalo nunca me acerco a la zona rosada, me marea, me desquicia y hay algo en ese color que me impide fijar la vista en algo importante. Quiz[as sea el hecho que solo tengo hermanos, o que soy un bruto cavernario, pero la verdad es que me cuesta acostumbrarme a la idea que voy a tener al enemigo en casa (me refiero al rosado, no a mi princesa). Lo que me molesta un poco es el clich[e, la necesidad de encasillar, el anacronismo en pleno Siglo XXI, y por sobretodo la autom[atica resoluci[on y seguridad de ese ejercito de mujeres sexistas y amargadas que trabajan en las tiendas de decoraci[on de fiestas, en las tiendas de bebes y nignos y en las jugueterias.
Y es asi que fui a comprar la decoracion para el Baby shower y la que atiende me dice: "nigno o nigna?" y yo le digo: "nigna, pero deme otras alternativas ademas de rosado". Ella me mira como quien mira al enemigo derrotado que absurdamente no sabe a[un que ha sido vencido y me dice: "claro, escoja, tiene rosado y rosado, y sino le gusta tambien tenemos en rosado: Usted va a tener una nigna."
El arquetipo iberoamericano (al menos para mi generaci[on) de aquella mujer guapa pero que no le interesa destacar por ello, rebelde, y que no quiere ser encasillada, es sin lugar a dudas Christina Rosenvinge de los 90's aunque ella reniega de esta etapa de su carrera. Ella no usa necesariamente rosado.